Mujer sobre lienzo
Tristísima
y adorable chiquilla,
el
alma se me escapa al verte,
me
apena descubrirte así,
tus
bellos ojos
no
enjugan lágrimas,
¡llora
por mí!
deja
caer tus lamentos
sobre
mi manto negro
dorado
de estrellas,
ese
será tu consuelo
y
mi bendición.
...
Tu
cutis pálido,
tus
pupilas
de
un torrente verdoso,
tus
cabellos
como
fuente anaranjada,
tus
contornos bien dibujados.
...
Mi
adorable niña
me
duele el ánima
cuando
te miro
y
tú no me devuelves ese mirar.
...
Cántame
tus dulces sueños,
tu
distinguido vuelo
de
lluvia atrapada
en
los ventanales de cristal.
...
Tu
porte fino y seguro
rojizo
y amarillento,
tu
delicadeza que rompe
con
esa rudeza que soy yo.
...
Cántame
tus ilusiones
desde
ese lienzo
en
el que yo te plasmé
y
vuela, vuela chiquilla
con
mis pinceles te di alas
y
ahora te me escapas
con
tus ojos húmedos
de
gotas de agua apagadas,
de
luces oscuras
de
música sorda.
...
Me
cuentas
que
hice de ti una esclava,
que
te vas a otros puertos
con
la estela amarga
que
yo te ofrecí,
fuiste
mi viva creación
y
ahora huyes de mí sollozando.
...
Mi
chiquilla bañada en plata
se
libre, vive tus sueños
y
ese amor que te ofrecí
con
mis pinceladas
que
ahora derraman
pintura
negra, soledad opaca
y
es que te pierdo, niña mía,
te
soñé un día
y
hoy la que sueña en verde
eres
tú, mujer.
...
¿Por
qué sonríes ahora,
si
yo no dibujé esa risa?
¿acaso
te ofrecí tanta libertad
con
mi alma apuntando en tu rostro?
Tus
labios blanquecinos
me
susurran tu vuelo
que
será en la noche mas clara.
Te
regalaré mi capa negra
de
estrellas,
húmeda
del rocío
de
tus ojos vibrantes,
penetrantes,
que
destilan aceite
y
aguarrás.
...
Niña
mía vete pronto
en
un suspiro mío
con
tu andar mas sinuoso
antes
de que me cubra
la
luz mas oscura,
la
mas intensa
la
que mas me ciega.