En tu paisaje
En tu extensa tierra
humana y pacífica
me siento viva y en paz.
En tus profundos mares
sublimes y tranquilos
me siento aderezada
y comulgo con tus caricias
y tu sabor
a transparencias y a sal.
En tus rocas robustas
y descalza entre su solidez
me siento libre, enlazada a tus huesos.
En tus elevadas montañas
de espesa hierba y pinos robustos
me siento como una chiquilla,
capaz de mover los vientos
y de multiplicar el silencio.
Entre tu perfilado cuerpo
como ninguno
me siento torpe,
tu me haces sentir
como un cielo limpio y azul amándote.
En tu arena ciega y seca
me descubres y siento vergüenza,
nos rociamos a besos
y yo siento y callo.
En tus azotadas tormentas
me siento en calma,
mis cabellos acariciando tus muslos,
nuestras sangres circulando
a una misma temperatura.
En tu brisa
me visto de madrugada
penetrando en mi alma
una música suave,
un sueño dulce.
En tus lágrimas,
que son las mías
me siento ligera de equipaje,
los dos sonreímos y lloramos
cuando la electricidad nos envuelve.
En tus mañanas doradas
tu cuerpo despide luces,
yo las ahogo con mis caricias
y en mi espíritu cae la noche.
En tus noches oscuras
me abrazo a tu piel de mañanas,
me abro a tu extensa luz
y en mi alma se despierta el día.