sábado, 27 de diciembre de 2014

Poemas del amor y de la muerte 5

Me encontraba sentada
en un banco del parque,
el sol lucía
sus mas nítidos rayos,
el cielo colorido
subrayaba mi encuentro.
Era un anciano de cutis nacarado
aunque algo sonrosado,
se encontraba en otro asiento
pero muy cerca del mío,
le observé;
sus cabellos de un blanco limpio
aun conservaban matices negros,
su ancho bigote también,
la nariz grande como sus orejas,
una pequeña barba perlina.
Sus ojos como pozos acristalados
me hablaban como un cielo estrellado
cuando lo observas bien.
El anciano se cercioró
de que le contemplaba
y me dedicó una sonrisa
humilde y amplia.
El sol continuaba cayendo
sobre nuestras cabezas
iluminando el rostro del viejo
que continuó risueño
aunque esta vez
no se dirigía a nadie.
Me volvió a mirar
esta vez con cierta seriedad.
Sus hermosos y finos labios,
su frente y cutis marcados
por la fertilidad del paso del tiempo,
había tal brillo dorado
y dulce de membrillo
en sus hermosos ojos azules
que adiviné en un instante
su bondad.
Fue mi voluntad desprenderme
de todas mis joyas,
para dárselas a él,
sentí que ya no me pertenecían
porque en tan solo unos segundos
ya le conocía del todo
ya sabía de que viejo se trataba
y de su sabor a vino añejo.


martes, 16 de diciembre de 2014

Poemas del amor y la muerte 4

El cielo está encapotado
y grisáceo,
una lluvia fina cae
me resbalo y un gato negro
pasa por delante de mi
hoy es mi día de suerte
o quizá sea la hora
de mi muerte.
Que mas da!
si de suerte se trata
viviré mil años mas,
si es la muerte
que me persigue
ya he muerto mil veces.
Todo mi cuerpo
se moja de la llovizna;
mi cabeza pegada al cielo,
mi tronco fuerte y firme,
y mis pies pisando
esta tierra hoy mojada,
¿y mañana?
¿saldrá el sol?
si estoy todavía viva
me beberé sus rayos,
si en cambio muerta estoy
estos me llevarán con el sol
y mi cuerpo será calcinado
las cenizas caerán,
serán devueltas a mi tierra natal
y esa será mi presencia
la forma mía de persistir
en este mundo que tanto amo.
La luna tiene envidia,
ella quiere llevarme consigo
es mi amante eterna
y se que me debo a ella
pero la luna no sabe
que mis cenizas
se repartirán por el mar
y que cuando caiga la noche
seré por completo de la luna
porque pertenezco
a la tierra, al sol y a ella.
Pero hoy estoy viva
mi cuerpo todavía respira
por sus poros,
la vida es injustamente breve
somos más de la eternidad,
antes de nacer, después de morir.
Y vivo,todavía vivo
para amar, para matar el tiempo,
para ver las estrellas,
para con lucidez
sentirme a mí misma
y para escribir este poema.

















miércoles, 10 de diciembre de 2014

Poemas del amor y de la muerte 3

bajo la tenue luz de una bombilla
siento el olor de un cuerpo muerto
y de la piel viva de los míos.
Caminamos entre un olor y otro
fragancias opuestas
de la vida y de la muerte.
Y esa rosa que tengo en mis manos
me invade su perfume,
y ese ramo de flores ya marchitas.
Yo canto al cielo mi canción de que vivo!
Hoy estoy sobre esta tierra y viva!
Siento amor al cielo y al infierno,
pero me siento seducida por el infinito amor
que siento en mi piel y circula por mis venas.
Ya no me pregunto por el mas allá,
solo es un camino de vuelta
o al inconsciente, que no nos sabe amar,
pero nos abriga a todos
como si fuéramos niños,
en su regazo.




martes, 2 de diciembre de 2014

poemas del amor y de la muerte 2

Salgo a la calle
hace mucho calor,
mi piel se humedece
y mi paso es mas lento.
Voy camino de la playa
que hoy está repleta
de gente,
toco y acaricio
la arena limpia
y el agua fresca,
la brisa del mar.
Miro allá lejos, el horizonte
y pienso que tal vez
sea ese el fin,
pese a que el horizonte
no tenga final.
Allá iremos todos a parar,
allí no haya quizá amor
o el amor nos envuelva a todos
como criaturas pequeñas,
insignificantes.
Somos tan simples
cuando miramos tan lejos!
La simpleza es nuestra cuna,
no esperar mucho de la vida
es un acto de amor
y de inteligencia.
El amor es como una cometa
que me lleva hasta ese horizonte
pero mis ojos se rompen
y me voy camino de vuelta
a la misma orilla.
y el barullo de la gente
que se baña en el mar
o toma el sol
en una toalla de playa.
Me doy un baño completo
y vuelvo a mi casa
el horizonte me sonríe
y me acompaña.